🌸🌼🌃🍮 Mousse De Limón Con Crujiente De Almendras 🍋🥚🌰

🌙 Introducción

Este mousse de limón combina la suavidad aterciopelada con un frescor cítrico irresistible, coronado con un crujiente de almendras tostadas que aporta textura y un contraste tostado. Es un postre ligero pero lleno de personalidad, ideal para cerrar una cena primaveral al ritmo pausado y emotivo del blues. Cada cucharada es un suspiro fresco, como una guitarra resonando al anochecer.

🍋 Ingredientes (para 4 personas):

📌 Para el mousse:

• 200 ml de nata para montar (mínimo 35% MG)
• 3 claras de huevo
• 100 g de azúcar
• Zumo de 2 limones
• Ralladura de 1 limón
• 3 hojas de gelatina (o 6 g de gelatina neutra en polvo)

📌 Para el crujiente de almendras:

• 40 g de almendras laminadas
• 1 cucharada de azúcar moreno
• 1 cucharadita de mantequilla
• Una pizca de sal

👨‍🍳 Elaboración:

1. Preparar el mousse:

1. Hidrata las hojas de gelatina en agua fría (5–10 minutos).

2. Calienta el zumo de limón ligeramente (sin hervir) y disuelve en él la gelatina escurrida. Deja templar.

3. Monta las claras a punto de nieve con la mitad del azúcar hasta obtener un merengue firme.

4. Monta la nata bien fría con el resto del azúcar.

5. Incorpora la mezcla de limón y gelatina a la nata montada, mezclando suavemente.

6. Añade la ralladura de limón.

7. Por último, integra con movimientos envolventes el merengue.

8. Reparte en copas o vasitos y enfría mínimo 4 horas (mejor de un día para otro).

2. Crujiente de almendras:

1. En una sartén, tuesta las almendras con la mantequilla, el azúcar moreno y la pizca de sal.

2. Remueve constantemente hasta que se doren y caramelicen (2-3 min).

3. Extiende sobre papel vegetal y deja enfriar. Luego, rompe en trocitos irregulares.

🥤🥃 Maridaje:

• Opción sin alcohol: Agua con gas fría y un toque de lima.

• Opción con alcohol: Licor de limón suave (como Limoncello bien frío) o un vino dulce tipo Moscatel joven.

🎶 Sugerencia Musical:

🎸 Canción: “Six Strings Down” de Jimmie Vaughan

🎧 Spotify-Playlist: Noches De Blues EMC

Una guitarra que llora con elegancia, una melodía nostálgica y serena, perfecta para saborear este mousse mientras se enfría la noche. El dulce se equilibra con la emoción contenida del blues, creando un final inolvidable para tu cena de primavera.