El desperdicio de alimentos en el mundo se está convirtiendo en un problema de peso. En concreto, de casi mil millones de toneladas. Y es que, según el Índice de desperdicio de alimentos 2021, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en el mundo se desperdician 931 millones de toneladas de alimentos cada año (el 17% del total de alimentos disponibles para los consumidores), de los cuales 569 millones proceden de los hogares. La cantidad restante se atribuye a los restaurantes y otros servicios de alimentación (244 millones de toneladas) y al comercio minorista (118 millones de toneladas). A nivel mundial, per cápita, cada año se desperdician 121 kilogramos de alimentos a nivel del consumidor, y 74 de esos kilogramos se desperdician en los hogares.
Cada español tira a la basura 28 kilos de comida al año, sobre todo salsas, carnes congeladas y legumbres.
En 2021 se desecharon 1,2 millones de toneladas de alimentos, según el Ministerio de Agricultura.
En 2022, se tiraron a la basura en toda España 1,17 millones de toneladas de comida y cada hogar desperdició una media de 65,5 kilos de alimentos o bebidas.
Aunque cada familia es un mundo, hay hogares que por su composición y situación acaban arrojando más alimentos al cubo. Este es el caso de las parejas con hijos pequeños, cuyo desperdicio alcanzó casi el kilo y medio a la semana entre los meses de otoño e invierno, casi el doble de lo que malgastaron en ese periodo los jóvenes independientes y los jubilados.
Para el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en la ‘bolsa del desperdicio’ de las familias españolas hay dos tipos de basura: los productos como la fruta, la carne fresca, o los lácteos, que se tiran sin usar porque se deterioran o caducan, y las sobras de pasta, ensalada, arroz, legumbres y otras recetas, que van del plato o la nevera al contenedor.
La cocina de reciclaje, también conocida como cocina de aprovechamiento, se refiere a la práctica de utilizar ingredientes que de otra manera podrían haber sido descartados para crear deliciosas comidas. Esto no significa simplemente calentar sobras, sino ser creativo y transformar ingredientes en platos completamente nuevos. Aquí tienes algunas ideas para cocinar con ingredientes reciclados:
- Sobras de verduras: Utiliza las sobras de verduras para hacer sopas, guisos, salteados o tortillas. También puedes hacer una frittata o un revuelto con verduras sobrantes.
- Pan duro: El pan duro puede convertirse en deliciosas migas de pan para empanar o en crotones para ensaladas. También puedes hacer pudín de pan o pan rallado casero, además de un montón de recetas.
- Frutas maduras: Las frutas maduras pueden ser usadas para hacer batidos, smoothies, compotas, mermeladas o incluso pasteles y muffins. También puedes deshidratarlas para hacer chips de frutas.
- Cáscaras de vegetales: En lugar de desechar las cáscaras de vegetales como zanahorias, papas o calabazas, puedes lavarlas bien, sazonarlas y hornearlas para hacer chips saludables y crujientes.
- Restos de carne o pollo: Utiliza restos de carne o pollo para hacer tacos, burritos, sándwiches, ensaladas o incluso rellenos para empanadas o pasteles.
- Caldo de vegetales: Guarda los recortes y sobras de vegetales (como pieles de cebolla, extremos de zanahorias, etc.) en el congelador. Cuando tengas suficientes, hiérvelos para hacer un sabroso caldo de vegetales casero que puedes utilizar como base para sopas y guisos.
- Cáscaras de huevo: Las cáscaras de huevo limpias y secas pueden ser trituradas y utilizadas como suplemento de calcio para tus plantas o para agregar nutrientes al compost.
La cocina de reciclaje no solo es una excelente manera de reducir el desperdicio de alimentos, sino que también puede ayudarte a ahorrar dinero y a ser más creativo en la cocina. Experimenta con diferentes combinaciones de ingredientes y descubre nuevas formas de aprovechar al máximo lo que tienes a mano.
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